¿Por qué algodón orgánico?

En el cultivo del algodón orgánico nunca se utilizan semillas modificadas genéticamente.
Algodón convencional: El 70% de las semillas usadas para su cultivo han sido modificadas genéticamente. Así que, en realidad, el algodón convencional es un algodón transgénico.
A la tierra no se le añaden productos ni sustancias químicas nocivas como fertilizantes petroquímicos ni pesticidas, se utilizan fertilizantes orgánicos como el polvo de roca o el humus y se usa la rotación de cultivo para hacer más productiva la tierra.
Algodón convencional: Para el cultivo del algodón convencional se utiliza más del 10% de los pesticidas y más del 25% de los insecticidas que se consumen en el mundo, todos estos productos tóxicos no son eliminados en ninguna etapa de su proceso.
Se usan insectos como abejas y mariquitas para el control de plagas.
Algodón convencional: Frecuentemente se rocían los productos químicos como lo pesticidas de manera aérea, es decir, desde un avión, llegando a trabajadores, vida salvaje y la gente que vive cerca.
Conserva el agua y usa el agua de lluvia de manera más eficiente.
Algodón convencional: Necesita una intensa irrigación, con el consiguiente derroche de agua.
Hay un pleno respeto de las condiciones laborales de los productores.
Algodón convencional: En los países con escasos recursos donde son comunes las plantaciones de algodón convencional se dan, a menudo, situaciones de explotación laboral, tanto en adultos como en niños.
Defoliación natural. El deshojamiento se realiza mayormente por medio del viento y el manejo de agua.
Algodón convencional: En el proceso de deshojamiento también se utilizan productos químicos tóxicos.
Al ser cultivado y tratado naturalmente, sigue conservando su suavidad. Deja que la piel transpire y ventile mejor. Es hipoalergénico: previene la aparición de alergias, dermatitis y protege la piel de agentes externos.
Algodón convencional: Por la incorporación al proceso de todas esas sustancias dañinas, el tejido pierde su suavidad. Todos los metales tóxicos y el resto de sustancias, pasan a la piel y pueden provocar irritación, dermatitis, alergias, síndrome químico múltiple, etc.